Zapatos Felices

 A veces creo sentirme plena e inmensamente feliz, otras veces me doy cuenta que he exagerado y todo el mundo debe sentirse medianamente contento, sobretodo de niños. Otras veces recuerdo que desperdicio el tiempo pensando en lo que me hace falta, otras veces creo tener un antojo o deseo no cumplido respecto de algo material o cosa por hacer, luego reflexiono y me doy cuenta de que me gusta mantenerme ocupada creando o deseando cosas que me procuran satisfacciones personales, me gusta crear y cuidar de mi familia. A veces me comparo con personas que no desean nada porque están ocupados teniendo problemas en sus vidas y recuerdo que quizás también tengo algunos problemas a los que no presto atención como tales y los abordo con soluciones prácticas,  me pregunto si puedo hacer algo por los demás pero ya intentándolo me doy cuenta de que intervenir en la vida personal de un otro no es buena idea porque no sólo no sirve de nada y no puedo ayudar sino que de paso el prójimo me interpreta a la inversa de mi intención en ocasiones causándole mayor tristeza, en el peor casos, otras veces me usa y luego me desecha sin importar o considerar mi sincera amistad, por tanto mis amigos y amigas son preciadas personas de confianza mútua ganada a pulso, con las que pasamos gratos momentos y principalmente existe alegría por compartir. No opino, no me inmiscuyo, les deseo el bien y les respeto, les trato de la misma manera que espero ser tratada.

Las personas que quieren ser ayudadas deben principalmente ayudarse a sí mismas y eso sí es que en verdad "ayuda" es la palabra correcta, cada cuál vive lo que tiene que vivir, así son las historias personales, intransferibles, solo queda la empatía y el amor propio como prioridad.
Por tanto tan compleja es la existencialidad, difícilmente alguien podría entender lo que ha sido estar en tus zapatos, bien amados y preciados como el valioso paso de cada instante.

Aceptar y aceptarme como soy me ha obligado a hacerme cargo de aquello que antes eran berrinches y descarrilados pensamientos de joven rebelde y de mujer de quejas sin fin y convertirlos en lo que verdaderamente es útil; energía positiva. 
Silenciar la mente y desprogramarla a favor propio creo que ha sido mi principal logro personal, lo que cualquier persona pueda ver en lo exterior como mis éxitos y resultados positivos han sido consecuencia de creer en mí y proponerme vencer los obstáculos que me lo impedían.

Es fácil conocer a una persona, basta con ver cómo es su vida siendo adulto, basta con ver si es empático/a y si de verdad escucha o se interesa por lo que dices cuando intercambia palabra, basta con leer su lenguaje corporal, basta con ver si mira a los ojos, basta con escuchar cómo habla de los demás y también cómo se describe a sí mismo, si respeta y desempeña de buena forma las tareas que le toca hacer.

Digo ésto anterior porque yo fui crédula y confiada de personas sin ahondar en estos importante detalles antes de suplementarme a mí misma y reconocer quién soy por ende tuve espectativas imposibles depositadas en otros, fui injusta y emití un juicio sin antes mirarme y mirar bien, reconocer a los demás sin desmerecer o exagerar en sus bondades. Ni mucho, ni poco, ni arriba ni abajo, ni idolatría o desprecio. 

Qué necesario es madurar y crecer verse a uno mismo con sinceridad y sencillez reconociendo la grandeza propia como parte del camino recorrido, sin ego, sin competencia, sin rencor hacia nadie, en paz con uno mismo sin culpas o miedo al fracaso, miedo al error.

Al final siempre te tienes a ti, que importante saberse entera y disponible para uno mismo y para tu familia que construiste con tanto amor por quienes has debido crecer y aprender a simplemente Ser sin máscaras fluyendo ante la vida.

Dedicado a mis hijos y a mi pareja, los amo muchísimo ustedes son mi vida.


Entradas populares de este blog

Resonancia vibracional segunda parte

Qué es la amistad verdadera

Mandalas, cómo hacer un Mandala.