Etiquetas, prejuicios, sobrenombres, burla

Muchas personas han tenido la gracia de saber de este tema y abstenerse de comentar lo innecesario, ser cruel, no tener bilateralidad para hablar o quizás también con una o dos veces que se burlaron de ti ya bastó para saber cómo quiero ser.
Qué bueno es poder desprenderse del desdén, del maltrato y la intolerancia porque siempre estamos hablando en voz alta aquello que somos capaces de hacer con otros. Qué impulso tan lejos de ser inteligente y por el contrario ladrillos de nuestra poca fe.
Sin duda he podido ser víctima y hacedora cómo para comprender que en cualquier de los 2 lugares este es un círculo poco afable de las relaciones personales.
Sin embargo que sano es poder ponernos límites, evolucionar hasta el no juicio. Evolucionar para poner distancia de las personas ingratas, alargadas que prefieren quedarse con un tercio de la honrra ajena que ser una persona de alta vibración que se acepta y acepta a las demás personas como son.
Tanto por abrazar y agradecer de la vida, las personas en nuestro camino no son sino un componente esencial de aquello que también somos y merece perdón, distancia por amor de esa persona y del daño que se hace a sí mismo cada vez que nos trata sin el mismo respeto, consideración que le entregamos. Malas, buenas costumbres no podremos avanzar si seguimos en el ejercicio de mirar la forma o la superficie sin considerar que nuestros valores propios nos dejan ver parceladamente las circunstancias, los hechos en los que perdimos márgenes importantes de nuestra propia realidad interior.
El hábito de la crítica y el desdén no son sino momentos desagradables del reproche hacia nosotros mismos, la cobardía, el miedo a Ser.
Respecto de los prejuicios aquellos abismos entre nosotros y otros en los que existen razones mediocres para pensar que insalvablemente alguien es solo la etiqueta que le pusimos acorde al pensamiento común, el pensamiento común es la vulgar expresión en este caso de aquello que nos resulta no solo diferente, sino también nuevamente una forma social y poco sencilla en nuestra cabeza, una excusa para no sentir empatía, para lavarnos las manos y creer que otro no merece perdón o lo que fuese en la vida por considerarlo de forma ilusoria algo menos, por no querer recobre nuestras miserias y poner un freno en aquella parte que no le falta a otro sino que no nos atrevemos a completar del vacío de nosotros mismos.
Reconocer el vacío es casi imposible cuando se piensa egoístamente y solo en la comodidad de las circunstancias para no asumir ninguna responsabilidad frente al otro emitimos un juicio de valor y quedamos libres. No significa que somos responsables de la vida de otros sino que si no nos frenamos y mejoramos esta mala costumbre poco a poco nos volvemos aquello que tanto reprochando además de hacer daño a las personas.
Si alguien me coloca etiquetas quizás pueda perdonar su ignorancia y alejarme pero también deberé estar más atenta a la hora de relacionarme para que mi libertad, amor propio y aceptación no sean la piedra de tope de otro que se acostumbró a sus máscaras y a ponérselas a otros en forma de etiquetas a veces porque sí y por su proceso de conciencia, cada uno pasa por niveles que pueden durar mucho tiempo. Ojalá las personas que pasan actualmente por este nivel desde hace más de 30 años recapaciten del rebaño inconsecuente e inconveniente para nuestra sociedad pueda mirar, recordar lo lindo de aquella persona que le recuerda le escribe con cariño a saludar sin perderle el respeto o desbordar la envidia que busca empequeñecer a alguien que nos opaque porque esa forma de ser y de pensar no es ser una persona actual sino en decadencia. Espero puedan dejar ese círculo ese hábito las personas y vivir en el nivel de las vibraciones altas de pensamiento en dónde se ve todo con más claridad y menos impertinencia, más respeto de otros por ser y pensar diferente. 
Por mi parte amo a todos y creo que es importante mirar la Luz, hacerse cargo de las sombras personales y no reflejarse mal, poder dejar la culpa, el que dirán cómo referente y la superficie en general de las cosas, sin duda no podré borrar mi rencor pero si podré perdonar de corazón, podré ser mejor cada día, seguir mi camino y bendecir el tiempo de aprendizaje que me regaló la vida con los demás.
Ojalá me perdone a mi misma y no me afecte saber que el recuerdo que tienes de mí es muy diferente del que te tengo yo porque siempre le di un lugar especial a esa amiga, a ese amigo, sin ningún interés específico, siempre bendecí y vi la luz como lo aprendí en metafísica, hoy por hoy ya se mantener las vibraciones altas no es tarea fácil sin embargo me tengo a mi y tengo el camino que tracé con éxitos, experiencias pero sobre todo cargado de "presente".


Careatide

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