La sociedad de los sociópatas y narcisistas
A veces nos sentimos torpes con un juguete nuevo, escribí de cómo me sentí cuando conocí un sociópata por segunda vez. Cómo el mar siempre dejé las cosas sucediendo, cada persona siempre recibe lo que merece pensé, uno no debe juzgar, no percibí peligro, luegoe recibí aquello que no esperaba y era una presa luchando por liberarse. Tan alto tenía la mira en la construcción de mi universo interior que aletié con todas mis fuerzas sin hacer recuento de los daños con tal de verme libre.
Me costó comprender, aceptar que la naturaleza humana tiene una fase depredadora, que puede existir que hagas todo el bien posible e intentes ayudar de corazón mientras te chupan energía y cuando no les sirves te votan, no creen en la amistad sincera como tú, no son personas agradecidas, ni humildes de corazón, son personas sintiéndose víctimas, son personas autocompasivas, la mejor arma de defensa, son personas sin empatía, egoístas, que te usan para absorber de ti, de tu tiempo, esfuerzo, amor, sinceridad para luego hacerte el espejo de todas sus miserias y de ser posible hacerte de trampolín para lograr sus metas personales, un día los levantaste del lugar más triste y profundo, al día siguiente son estrellas de rock y tu una ameba mal oliente si te acercas a saludar les recuerdas quién ya no quieren ser, eres justamente esa basura que ya sacaron.
Es importante poner límites, las personas con carencia afectiva y emocional damos señales equivocadas, las personas piensan que estamos tan bien y somos tan fuertes, recuerdo haber regresado a mi casa sentirme bien por ayudar a la amiga/o en problemas y no tener qué comer, sientiendo que después de todo había hecho algo bueno ese día.
Un largo desencuentro con personas en ámbitos distintos como trabajo, estudios, entretenimiento de juventud, me hizo ser muy fría y dura, creo que eso me ayudó a delimitar mi propio espacio, empezar a quererme, decir no más.
Mis habilidades de ayuda se convirtieron en estudios más profundos, dedicación, paciencia, aceptarse a uno mismo, aceptar a otros.
Teniendo claro que al avanzar del otro lado del tablero o cancha como decía Pierre Bourdieu, existen siempre contrincantes que no van a dejar que avances; sociópatas, narcisistas, psicópatas, la sociedad está gobernada por estos perfiles por doquier que gozan del liderazgo necesario para manejar equipos, conglomerados, grupos de trabajo, grupos religiosos. Siempre hay personas con verdadera habilidad y vocación es decir usan su don para el bien, pero el instinto de competencia, la envidia y ciertas reglas invisibles de la cancha hacen de la vida un sinuoso camino en dónde si rápidamente no le das valor a tus dones otro se encargará de hacerte sentir que careces de tal habilidad o belleza por conciderarte una amenaza y espejo de sus destrezas al debe.
Te recomiendo escuches siempre tú instinto y sigas tus propias metas sin reparar demasiado en el oponente, tratando de aprender de la experiencia a demarcar tu territorio, asegúrate de que tu terreno sea expedito al paso, no te detengas, inventa, imagina, distrae sin dejar de avanzar. No es competir esto es solo manejo a la defensiva y habilidades blandas, recuerda que los que tienen estos trastornos mentales son manipuladores, encantadores con el resto y contigo Zero posibilidad, tú solo se reservado y educado. Lamentablemente esto no evitará que seas atacado, pero al menos en lugares como universidad, colegio, trabajo, hará que te mantengas a salvo de situaciones más peligrosas, por ello cumple tu rol, has lo mejor posible tu desempeño y céntrate en eso, en ser tu mismo, ser profesional y no desanimarte por personas que confundan tu felicidad interior y entrega con ventaja y debilidad.
Espero no tener que volver a ambientes tan hostiles y encontrar experiencias de aprendizaje enriquecedoras en cada lugar ya sea de trabajo, estudio, familiar que deba visitar porque buscaré sentirme a gusto y disfrutar lo que esté haciendo y así ganarme la vida. Un sistema opresor en donde los populares, los prepotentes, los poderosos reinen en rígidos ambientes ejecutivos dónde las personas son relevantes sólo si rinde números dentro de las arcas y el Dios es de oro, no sé carecerá de valor y dicha labor se volverá rutina esclavizante, con una cabeza baja que acepte y calle vejaciones por la obtención de honorarios.
Trabajo social allá voy.
