Un corazón que se precie



Un corazón vintage-rockero perdido en este mundo de ron, chocolates y emocion de guata, no puede ser indiferente sino que se debe a si mismo celebrar las batallas como ecos lejanos de melena al viento, como guitarra en playa, arena y Sol. De qué sirve el cerebro sino de sombrero, para decirte oye, por allí no sigue la fiesta, por allí no, más el corazzón majo al volante se abrazó con aquellos cojones que solo el tiene para zapateo y preservación de su especie.

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